ANÁLISIS. PARA REFLEXIONAR SOBRE EL PASADO, PRESENTE Y FUTURO
La política del FA define el rumbo del desarrollo: de la exclusión a la inclusión
Los economistas de izquierda siempre hemos sostenido que el crecimiento económico es clave para el desarrollo económico y por ende es una condición necesaria para el desarrollo de un país.
Por Daniel Olesker,| Ministro de Salud Pública de Uruguay, publicado en LaRepública, 9 de enero del 2011
Pero al mismo tiempo hemos sostenido que siendo condición necesaria no es suficiente, ya que el desarrollo supone la simultaneidad del crecimiento y la distribución del ingreso.
Es evidente que en este terreno no hay logros mágicos, ni la "mano invisible" del mercado, ni son inmediatos.
Requiere un proceso profundo de transformaciones socio económicas y estructurales que ponen en camino este proceso. Y esas transformaciones operan en tres niveles que repercuten sobre los ingresos de las personas:
* en el mercado de trabajo a través del ingreso y del nivel y calidad del empleo.
* en el presupuesto a través del gasto social, la estructura de la recaudación y las inversiones.
* en la estructura de los servicios sociales a través del acceso de calidad a salud, educación y vivienda y en general la protección social.
Esta nota pretende demostrar que en los gobiernos previos al Frente Amplio habiendo crecimiento no hubo en absoluto distribución, mientras que en el gobierno del Frente Amplio se inicia este proceso de transformaciones socio económicas estructurales y en este segundo gobierno estamos profundizando dicho camino.
Y para ello voy a analizar cinco variables que integran los elementos de redistribución, aunque no son obviamente los únicos, a saber: salario mínimo, nivel de desempleo, gasto en educación, acceso al seguro de salud y asignaciones familiares.
1) SALARIO MÍNIMO
Desde el retorno a la democracia la constante ha sido la reducción del valor real del salario mínimo nacional que llegó en 2004 a ser el 27% del valor de 1986, es decir la cuarta parte de lo que era al retorno de la democracia!
Salvo en 1992 en todos los años, sí en todos, había reducido su valor; y en 1992 aumentó casi 4% después de haber caído más de 20% en 1991 en el primer año del segundo gobierno democrático.
A partir de 2005, como muestra el gráfico 1, el salario mínimo nacional ha recuperado su valor de manera constante todos los años y, con la propuesta de este gobierno de incrementar 65% los primeros tres años de 2011 a 2013, estamos ya en el nivel de 1986.
Sin duda aún es insuficiente, pero téngase en cuenta que recuperamos en 8 años, las pérdidas acumuladas de 19 años.
La diferencia entre fines de los 80 y los 90 respecto al período de gobierno frenteamplista está en el terreno de la política y no de la técnica económica y es ni más ni menos que la voluntad del gobierno de recuperar el valor del salario mínimo que influye no sólo sobre quienes perciben dichos ingresos, sino sobre todas las ramas de actividad que negocian salarios (en especial aquellas de menor nivel salarial como servicio doméstico, limpieza, seguridad, vestimenta) cuyos laudos están determinados en buena medida por este valor y por ende crecen a su mismo ritmo.
2) EL DESEMPLEO
El crecimiento económico es condición necesaria para generar empleo, es imprescindible, pero, otra vez, no es suficiente. El gráfico 2 nos muestra que entre los años 1986 y 1999 (período en que, salvo en 1995, hubo siempre crecimiento económico) el desempleo no tuvo una tendencia a la baja, más bien fue creciente y siempre se mantuvo entre 8 y 12% dando lugar a un desempleo estructural que no se pudo combatir por no desarrollar políticas activas de promoción del empleo.
A partir de 2005 y en consonancia con el crecimiento económico hay una reducción sostenida del desempleo que lo lleva a niveles del 7,5% al final del primer gobierno frenteamplista. Esto continúa en el primer año de nuestro segundo gobierno y ya estamos a noviembre de 2010 en niveles cercanos al 6%, el más bajo desempleo de la historia del país.
Otra vez la diferencia entre fines de los 80 y 90 con el período de gobierno frenteamplista está en el terreno de la política y no de la técnica económica y es la voluntad del gobierno de acompañar el crecimiento económico con políticas activas de estímulo al empleo, sobre las que habrá que continuar trabajando para seguir profundizando en el terreno del empleo de calidad y de la formalización.
3) EL ACCESO A LA SALUD.
El aporte sustantivo de la salud a la distribución del ingreso se refiere a la manera en que se accede a dichos servicios.
Si uno paga de su bolsillo la salud es muy injusto porque se paga la misma cuota cualquiera sea su ingreso, mientras que si accede a través de un seguro social (como era Disse y ahora es Fonasa) paga de acuerdo a sus ingresos y recibe la atención de acuerdo a sus necesidades, lo que redistribuye ingresos entre la gente de mayores ingresos y la de menores. Y al mismo tiempo si ese seguro (como lo hace el Fonasa y no lo hacía Disse) paga cápitas por edad y sexo también hay redistribución intergeneracional.
Por ello el gráfico 3 nos muestra los activos y sus familias (que se incluyen en Fonasa y no estaban en el viejo Disse) y los pasivos que están en el seguro de salud (tanto en versión vieja Disse como Fonasa) y se ve el crecimiento impactante de unos y otros desde la implementación de la reforma de salud. En los años 90 entre activos y pasivos unas 600 mil personas accedían al seguro, al final del primer gobierno del FA esa cifra llegó a 1.400.000 y en el segundo gobierno del frente trepará ni más ni menos que a 2.500.000. El caso de los jubilados y pensionistas es el más impactante ya que entre 1996 y 2005 ingresaron 50 mil y entre 2005 y 2015 en el mismo tiempo ingresaron e ingresarán según la ley aprobada en el parlamento, 550 mil personas más, es decir 11 veces más en igual período. Por ello los reclamos en el debate parlamentario de mayor rapidez en el ingreso por parte de la oposición no se condicen con la política de salud hacia los jubilados implementada en sus períodos de gobierno.
4) LOS BENEFICIARIOS DE ASIGNACIONES FAMILIARES.
La asignación familiar es un elemento potente de redistribución no sólo por el ingreso que se percibe por parte de las familias, sino porque es mayor cuanto menor es el ingreso de las familias y además exige como contrapartidas la atención de la salud y la permanencia en el sistema educativo, tanto sea escolar como de secundaria.
El gráfico 4 muestra la evolución de las asignaciones otorgadas y muestra que durante los años 90 hay un estancamiento en su número e incluso una caída en el primer gobierno de la década de los 90, mientras que su crecimiento es constante desde 2005 y durante este año 2010.
Hay que agregar al mismo tiempo que no sólo aumentó su número sino se incrementó sustantivamente su valor, llegando para las asignaciones de los sectores de menores recursos a ser de más de mil pesos para el primer hijo que curse enseñanza secundaria y el valor promedio de la asignación otorgada, tomando en cuenta todos los beneficiarios se multiplicó en valores reales por dos veces y media entre 1993 y 2010.
5) EL GASTO EN EDUCACIÓN.
Otro elemento clave de la redistribución del ingreso es el gasto público en educación, que es lo que posibilita una mayor accesibilidad y calidad de la educación pública a la que accede la mayor parte de los ciudadanos y la casi totalidad de los sectores de menores ingresos.
El gráfico 5 nos muestra la evolución del gasto en educación de ANEP mas Universidad (90% del total y por ende un muy buen indicador de su evolución).
Durante los años 90 el gasto público en educación permaneció constante en la primera mitad de la década y tuvo crecimiento en la segunda mitad, totalizando un crecimiento del orden del 3,5% anual y culminando en el orden del 3% sobre el PBI.
En cambio en los 6 años de gobierno del Frente Amplio aumentó a una tasa promedio del 9% anual, llegando al 4,5% del PBI, y en este mensaje presupuestal su crecimiento está alineado al PBI, para mantener dicho 4,5% tal como fue asumido como compromiso político por el programa de gobierno del Frente Amplio. Ello implica un aumento de más de 8 mil millones de pesos en valores de 2010, lo que significa un 24% de aumento real, 6 puntos por encima del aumento general del gasto público, reflejando la prioridad del gasto en educación en la estrategia global del gobierno.
Es claro que este aumento del gasto en educación debe ir acompañado de mejoras en los resultados educativos fuertemente deteriorados en la época del neoliberalismo y en especial por la reforma del año 96. pero está claro que esos resultados no se ven de manera inmediata y requieren un esfuerzo de trabajo en el que estamos involucrados.
Al mismo tiempo esta mejora presupuestal que ya posibilitó que el salario docente hubiera crecido entre 2004 y 2010 en 45% en términos reales, significará con el nuevo acuerdo salarial firmado con los sindicatos de la enseñanza (por el cual en este quinquenio aumentará en términos reales otro 22,6%) un total en 10 años de gobierno frenteamplista de 75% de aumento de salario real.
CONCLUSIONES
1) Es posible el crecimiento y la distribución simultáneamente. No es verdad que haya que esperar años después que la torta crezca para repartirla. Lo hemos demostrado con hechos y se profundiza en este mensaje presupuestal y en la profundización de las reformas sociales.
2) Requiere únicamente de voluntad política para instrumentar políticas públicas de redistribución.
3) Dichas políticas se expresan en las políticas salariales, en especial de salario mínimo, en políticas de acceso al empleo, en reformas de las políticas sociales, que generen accesibilidad, calidad de los servicios y recursos presupuestales para sostenerlos.
4) El gobierno frenteamplista puso en marcha dichas reformas en el campo de la tributación, del gasto social, del mercado de trabajo, de la salud, la educación y la vivienda.
5) El gobierno actual en su diseño presupuestal y en las leyes aprobadas y enunciadas como la segunda ley de reforma de salud que incorpora a los jubilados y pensionistas, plan quinquenal de vivienda, plan juntos, sistema de cuidados, negociación salarial, estímulos al empleo, entre otros, profundiza este camino, del que resta mucho por andar, de un modelo de desarrollo basado en la simultaneidad del crecimiento y la redistribución.
6) Sin uno no hay otro, el crecimiento económico y de la inversión es una clave del desarrollo; las políticas públicas de redistribución la otra.
Por ello lo del título de la nota: que la política define el rumbo del desarrollo y ha sido la decisión de este gobierno expresada en el presupuesto quinquenal y su gasto social, en las reformas estructurales, en la política tributaria y en la política laboral que ha hecho posible el cambio de tendencia que muestra esta nota y sus números: del crecimiento concentrador y excluyente al crecimiento distributivo e incluyente.